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jueves, 20 de octubre de 2016

Una violencia anómica, anárquica, flotando a la deriva...

Nos gustaría discutir con usted el reciente hecho espantoso de una violación en grupo [a una joven de 23 años] ocurrida en Delhi [16/12/2012].
Este tipo de crecimiento de la violencia podría resultar siendo una tendencia de largo plazo. No se puede manejar este tipo de violencia solo ampliando la fuerza policial, porque con frecuencia este tipo de violencia termina siendo impredecible, anómica [en alusión a la inestabilidad social ocasionada por la erosión de los valores] y anárquica. Esto es parte importante del asunto. No es [sólo] la violencia ordinaria la que está aumentando, sino una forma de violencia más anárquica, más anómica. Con esto quiero decir que la violencia es a menudo sin sentido. La violencia [se vuelve] un fin en sí misma.
[Esos tipos] podían haber violado a la muchacha y escapado, haberla golpeado; pero [lo que hicieron] es horrible… la violentaron hasta llevarla a (el borde de) la muerte.*
Así que fue mucho más que un crimen sexual.
Sin duda alguna. Este es el crimen del que hablo el cual es absolutamente sin sentido, un fin en sí mismo. En los hechos la violencia está ahí. Se trata de cierto tipo de violencia flotando a la deriva y que está en busca de blancos
 ¿Muestra la agresiva psique másculina de nuestra sociedad?
Sí, pero es mucho más que eso. Miren las consignas de protesta en la Puerta India para darse cuenta que aquellas mujeres no son menos agresivas. Esas mujeres no son menos violentas. Se trata de una violencia flotando a la deriva, que es lo que dije antes. Nos dice algo profundamente alarmante sobre la sociedad, especialmente sobre la clase urbana semieducada de la India moderna. Las consignas decían cosas como esta: “No solo los cuelguen sino tortúrenlos y luego los cuelgan”. También pedían colgar a los culpables en público, haciendo de ello un espectáculo público. La gente vendrá a aplaudir el ahorcamiento. Este es el tipo de actitud de mucha gente.
Una persona dijo: “Tírenlos primero en aceite hirviendo, así es cómo hay que matarlos”. Te dice algo sobre la atmósfera de violencia. Ellos vienen exactamente de la misma cultura de violencia que los criminales. No me parecen diferentes, solo que ellos no son culpables [del crimen], pero vienen de la misma cultura de violencia y contribuyen a ella.
¿Qué razones le atribuiría a esta violencia?
Pienso que se debe a que nuestras normas tradicionales y morales están colapsando; las antiguas han colapsado y las nuevas no han tomado su lugar, y nos encontramos en una etapa de transición. Una crisis de características profundas. No veo al futuro con mucha confianza en el sentido que no veo una salida fácil y pronta. No hay una cura mágica para este tipo de violencia. Es muy parecida al estilo de violencia estadounidense que vimos pocos días atrás en el episodio de disparos a mansalva. El joven de 20 años mata primero a su propia madre, luego agarra las armas (rifles de asalto y cosas como esa) de ella, va a una escuela y mata a 27 chicos y, antes de que llegue la policía, se mata a sí mismo. No sabemos siquiera por qué.
Por tanto, las violaciones hoy no tienen nada que ver con los motivos tradicionalmente asociados con este crimen.
Sí, esta violación es un buen ejemplo y es por ello que digo que es un tipo de hecho muy alarmante. No se trata solo de una violación sino que está asociada con una violencia gratuita, lo que es algo perturbador.

¿Piensa usted también que el anonimato urbano de los individuos es responsable de estos crímenes?
En gran medida, mucho. Es algo que reconozco. Las comunidades se están desintegrando, las relaciones se están desgarrando. Se trata de una ciudad anónima, una ciudad individualista. Es la vida urbana la preponderante. Estos problemas siempre han sido los de la vida urbana, pero estamos obteniendo lo peor de ella porque mucha gente, una parte considerable de nuestra población urbana, son habitantes urbanos de primera generación. No están acostumbrados a las normas urbanas convencionales, a una ética urbana. Muchos ignoran todavía estas normas y ética, y aún las están aprendiendo. Puede que sus hijos sean más versados en ellas; sus nietos probablemente las aprendan. Sin embargo, por el momento nos encontramos en una fase peligrosa. Una civilización centrada en la comunidad está siendo embutida dentro de una vida urbana e individualista de manera muy acelerada. Esa transformación tomó siglos en muchos países, lo que no es el caso aquí. Si uno presiona para que estos procesos se den rápidamente, estas cosas han de ocurrir.

¿Cuál es entonces la diferencia entre una violación en una ciudad y otra en una comunidad?
La violación en una sociedad rural es con frecuencia una afirmación del estatus social. Es un intento de humillación. La violación no ocurre cuando las jerarquías de la sociedad rural están intactas sino cuando se están rompiendo. Cuando los de arriba descubren que los de abajo –digamos, los dalits, los adivasis, quienes antes lo tomaban con resignación—se están volviendo rebeldes y están demandando sus derechos. En este contexto la violación es a menudo una manera de reafirmar esa jerarquía que parece estar derrumbándose.
Sin embargo, no es la violencia de casta el tipo de violencia que se ve aquí [en Delhi]. Es lo anónimo de la ciudad. En este caso [la situación] es diferente; ellos no sabían de qué casta era, no sabían de dónde venía. Ella era sólo una mujer desconocida. Cualquier mujer, y entonces salieron a relucir sus instintos casi primitivos.
¿Fue una afirmación del estatus de poder del hombre?
Ese tipo de misoginia salió a flote, pero a menudo resulta de cierto tipo de impotencia –cuanto más sientes que no tienes ningún control sobre tu vida, tanto más fácil es creer que se la puedes arrebatar a otros--. Forma parte de esa violencia: puede ser violación, puede ser asesinato.
¿Qué puede decir acerca de las extendidas manifestaciones de protesta que siguieron a la violación en pandilla?
La cultura urbana de Delhi concede un lugar a la violación, pero no al sinsentido asociado a ésta. Las violaciones son muy comunes aquí. Delhi es parte de una cultura regional donde la violación no es poco frecuente o desconocida. Desde UP occidental, pasando por Delhi, Haryana y hasta el Punjab, es el territorio máximo de la violación en India. Pero muchas de estas violaciones se dan como una afirmación de estatus social como he explicado antes. Las mujeres de los dalits, avdivasis y sectores económicamente débiles son las más vulnerables a este crimen debido a que ellas se están empoderando a través del proceso democrático.
Esta área geográfica tiene también estos bolsones urbanos que no eran tradicionalmente muy urbanizados –Delhi ha cambiado de ser una ciudad de 20 lakh [1 lakh son cien mil rupias] a mediados de los sesenta a otra de 1.25 crore [1 crore son 10 millones de rupias] – y es en toda esta área que se dan esta otra clase de violaciones en medio las cuales esta población flotante busca su sentido a la vida en la violencia.
La indignación extendida se debe a que la clase media ahora tiene miedo de lo que pueda pasar. Sienten que su familia y ellos mismos son blancos de esta violencia. También están intranquilos porque el incidente fue fortuito. No hubo rencillas entre dos lados, ni siquiera se conocían entre sí. Se trata de un crimen anónimo –una violencia anónima sobre una persona desconocida por individuos anónimos--. Se trata de una clase diferente de violencia.
 ¿Contribuye al crimen el hecho de que la gente no le tiene temor a la ley?
Esta clase de violencia no se da por ese tipo de temor. Muchas de las personas en el movimiento que exige justicia, aquellas que están plantoneando en la Puerta de la India, no entienden esta parte de la historia. No entienden que hay cierta desesperación en la gente a la que no le preocupa la ley. En una ocasión alguien acuchilló a un panwalla, a quien él conocía bien y de quien había estado comprando paan durante años, por incrementar el precio del paan en 25 paise. Todos lo conocían en el área y aun así cometió ese crimen.
No es casual que estos individuos [los violadores] hayan sido atrapados. Sólo uno de ellos tenía algún antecedente policial menor, todos los demás no tenían antecedentes delincuenciales. Ellos no son delincuentes sobre los cuales hay que mantener cierta vigilancia. Así que si piensas que puedes resolver el problema con [mayor] vigilancia policial, no lo resolverás. Es una cuestión diferente si se trata de una mejor y más eficaz vigilancia policial, pero no de incrementar la fuerza policial.
Entonces, ¿cómo pueden ayudar unas mejores leyes y una mayor vigilancia policial a disminuir los casos de violación?
Una mejor vigilancia policial, sí, como ya lo dije, pero no más efectivos policiales. Esto debido a que nuestros policías aquí en Delhi también tienen inclinaciones delincuenciales, como los policías de Punjab que ahuyentaron fuera a los terroristas pero que ahora se han vuelto terroristas. La pena capital es una sugerencia inútil e infantil. Existe suficiente información disponible de todas partes del mundo que muestran que la pena capital no tiene ninguna incidencia en las estadísticas del crimen. Sólo profundiza la brutalidad de la sociedad. Después de un tiempo, la gente se acostumbrará a la violencia y demandará armas, y el umbral de la violencia se desplazará. Esa es la peor solución que uno podría imaginar.
¿Podría comentar sobre las protestas en Delhi comparadas con las de otras ciudades?
Las manifestaciones de protesta en Delhi fueron más fuertes porque este tipo de cosas estaban en el aire. Delhi tiene unas de las tasas de crecimiento de la violencia más elevadas, y la violencia en la ciudad se respira en el aire. No se trata tampoco de que otras ciudades estén mucho mejor. Sin embargo hay bolsones, por ejemplo, en Mumbai y Kolkata: si puedes evitar estos bolsones entonces puedes estar seguro. Ellos no tocan a la clase media de Mumbai ni Kolkata.
…..
¿Cómo percibe en este caso el papel de los medios?
Los medios han sido muy irresponsables y han alentado la furia de la gente. La rabia se justifica y si se convierte en poder político podría  ser benéfica a largo plazo; me gustaría mucho que deje su marca en el sistema político. Sin embargo, ello no quiere decir que uno pueda instigar esto aún más, lo que podría traer consecuencias no deseadas sobre los niños pequeños. Los medios no sólo están dando cobertura al caso sino dándole un sesgo.
Los medios visuales son bastante iletrados en India, no leen nada. No se me ocurre que alguno de ellos pueda citar un solo libro que haya analizado el impacto de la pena capital sobre [las tasas] del crimen en una región determinada. Por lo menos, los medios podían haber señalado que no hay ninguna conexión entre las dos cosas.
Hemos hablado con Sudhir Kakar y él dice que hay un contraste marcado entre el concepto de mujer en nuestra antigua sociedad tradicional y el que se tiene actualmente. ¿Está usted de acuerdo?
Estoy totalmente de acuerdo. Siempre hubo en la sociedad un lugar para la mujer. Hemos perdido nuestras tradiciones. La tradición no es aquella en que el rico terrateniente viola a su sierva sin tierra. En la tradición, el concepto de poder en nuestra cultura  y el concepto de actividad son femeninos: Aadi Shakti es cómo lo llamamos.
*La joven india de 23 años Jyoti Singh terminó finalmente muriendo en el hospital el 29 de diciembre del 2012, a las 2 semanas de haber sido aberrantemente violada al sud de Delhi.
(Ashis Nandy fue entrevistado el 25 de diciembre, 2012. Esta entrevista fue publicada originalmente en: http://www.governancenow.com/views/interview/anomic-anarchic-free-floating-violence-looking-targets#sthash.nPsFeUHd.dpuf)
Traducido por Hernando Calla después de un hecho de violación y feminicidio igualmente aberrante ocurrido a Lucía Pérez, una joven de apenas 16 años, en Mar del Plata, Argentina (La Paz, Bolivia, 20/10/2016)

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