Editorial de Luis Espinal sobre la impunidad y el desprestigio de la justicia (4 Nov, 1971)
Va pasando el tiempo y los famosos asesinatos de los esposos Alexander, Otero, Soliz, Larrea, etc. siguen si esclarecerse: Pero esto no sucede por falta de datos, sino por exceso de ellos.
Alternativamente son detenidos o puestos en libertad los acusados y luego los acusadores. Esta falta de seriedad es denigrante para el país, y provoca en el ciudadano una enorme desconfianza ante la justicia. Este resultado es de una gravedad patética; porque quien no cree en la justicia pública, adopta fácilmente el sistema antisocial de hacerse la justicia por su mano. Los diversos cambios políticos del país no han mejorado esta situación; lo cual hace sospechar que los verdaderos culpables tienen el poder suficiente para permanecer impunes antes y ahora.
En este caso, da la impresión de que la justicia y la ley caen sólo sobre los pobres y los que carecen de influencia. Se buscan culpables fantasmales, y se escabullen los reos verdaderos.
Lo que no se comprende es el silencio y la pasividad de los juristas y magistrados, como si no les importase que los manejos turbios de un asunto de tanta importancia les salpique también a ellos,
Cuando se desprestigia un magistrado en sus funciones de juez, es toda la justicia que se desprestigia, y todos los hombres que la administran. Sea o no verdad, la sospecha de venalidad o prevaricato será difícil de arrancarla de nuestra imaginación. Mientras no se moralice el país en este aspecto judicial, en vano tenemos una Constitución, y en vano pretendemos ser un Estado de Derecho.
Luis Espinal Camps, Radio Fides, 4 Nov. 1971 (Gregorio Iriarte, "La hora de los asesinos", CEP 1981)
Extraído de "Luis Espinal. El grito de un pueblo". Alfonso Gumucio Dagron (Comp.) Plural Editores, Fundación Xavier Albó: La Paz, 2017
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